De boda

Una debacle debía ocurrir para que yo actualizara esto y, sí, ha ocurrido: Facebook está caído No, en realidad ha pasado algo peor. La semana pasada estaba invitada a una boda y, lo que es peor: Fui.

Aún me pregunto por qué no se me pasó por la cabeza declinar esa amable invitación. Bien, analicemos los hechos: No me gustan las bodas porque a penas tengo contacto con mi familia más allá de mis padres y tener que encontrarme en un evento así con unas personas a las que he visto tantas veces como dedos hay en mi mano no me mola. Y no es que tenga algo contra ellos, es precisamente esa falta de contacto la que evita que les tenga cariño u odio.

Novias pescadoras.
 

Si tengo que comparar una boda con algún otro evento familiar multitudinario la compararía, sin duda, con la navidad: Todo es hipócresía pura a más no poder. Siempre nos encontraremos allí a alguien que no queremos ver o nos encontraremos con escenas embarazosas o incómodas. Se va en menor o en mayor medida para sentir que hemos cumplido con los novios. Es triste, pero para mi casarse ha perdido toda la gracia y toda la magia. Si algún día me caso, sólo quiero a mi alrededor a aquella gente con la que me llevo bien, no a aquellas a las que apenas veo. Y el banquete, ¡Uy, el banquete! Estaría  compuesto por un pequeño pica-pica, por platos sencillos y chucherías para todos... porque no ha sido la primera vez que he sentido que los adultos de una boda envidiaban el menú infantil. Diréis que en mi familia somos de estómago sensible.

Lo peor para mi fue que me trataran como una niña. Me recordaron anécdotas de cuando aún no tenía la suficiente capacidad como para ser consciente de lo que hacía o decía (A esto me refería con Situaciones embarazosas o incómodas). Y lo más triste de todo: Los camareros, al repartir el vino y el cava, pasaron de mí. Sí, debieron de suponer que era menor de edad. Brindé con agua, no tenía otro remedio. ADV.

Estos novios que he encontrado por Google al menos son originales (Y si se marcan un baile a lo Thriller mejor que mejor)

Aunque pretendía explicar un poco que opino del tema bodas, he acabado explicando mi experiencia. Simplemente acabé la noche de muy mal humor, viendo como todos ellos se habían quedado con la "Aroha" de cinco años y no eran conscientes de la Aroha de veinte. Pero por otro lado, tampoco supe hacerles ver que yo ya no soy una cría.

Y aunque no tenga nada que ver, de esa boda me lleve un buen regalo. Los listillos del restaurante pusieron el aire acondicionado a toda hostia (Aunque fuera llovía y hacía frío) y he pillado un buen resfriado. Asco de vida, señores, asco de vida.